Un manantial sirve de fuente para llenar un alberca y crear un ecosistema animal y vegetal de enorme valor.
Una rana histérica, persigue a la otra con una pluma de paloma por testigo.
Las ranas siempre pendientes de repentinos ataques.
Dispuestas a volar para proteger su vida.
La libélula siempre fiel compañera en éstos ecosistemas, caza sin parar.
Lancé piedras cerca de la rana y tomé fotografías al mismo tiempo, para animar la fiesta.
Aunque no iba a dar, ésta le cayó cerca, y lo más gracioso es el insecto que sale despedido con el agua con el impacto de la piedra.
Siempre visitan agradables personajes, en las animadas tardes en las «frescuras «.
Y se crea a su alrededor un riquísimo entorno, donde el águila imperial utiliza a menudo de dormidero.
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